DREAMS IN DREAMLANDS/Sueños en el País de los Sueños ofrece una visión nada convencional del paisaje urbano. A través de esta serie de fotografías MICHAEL CHIA refleja un modo surrealista y fantástico de ser un espectador, observando el mundo a cámara lenta. Como una caja Lemarchand* el artista revela planes alternativos de existencia a través de un puzzle, viendo desplegarse ante su propia mirada sus inhibiciones e imaginación. Tímido por naturaleza, las capas escondidas de su personalidad se van despegando lentamente.
Cada imagen es un reflejo de lo que le conduce, en niveles que van de dentro hacia fuera. Sus sentidos son estimulados por lo que su ojo ve y por su interpretación infantil de un mundo urbano que quiere compartir con los demás. El revivir de una vida anterior.
El observador es confrontado con multitud de de imágenes en color y movimiento. La muestra presentada en julio de 2007 en el espacio expositivo salalai bajo el comisariado artístico de Klauss van Damme ofrece visiones que pueden ser irreales, si bien han sido capturadas en tiempo real con exposiciones lentas. Michael Chia ralentiza el tiempo para introducirnos en el sueño creando un proceso automático de lectura y recolección de información, pero no necesariamente absorbiéndola o digiriéndola.
El yo subliminal se pone en cuestión.
Las fotografías captan el momento con colores vibrantes. Enfrentados a las imágenes, los sentidos despiertan mientras la lógica se diluye con pensamientos y emociones. El acto de interpretación convertido en fiesta visual para el ojo. Una búsqueda para comprender. Las dos reacciones subconscientes interactúan como un extraño matrimonio en simbiosis.
Todos tenemos una habilidad inherente en el campo creativo, sea en su acto físico, el de la creación, o como participantes en el proceso. ¿Será por la necesidad de suavizar la banalidad que despiertan los juicios artísticos? Una génesis de exploración de los límites más allá de la inmaculada concepción, el acto de creación es un acto curativo.
Catarsis.
El catalizador hacia una revelación.
Lo primero que choca al espectador es la ausencia de imágenes convencionalmente definidas. Deliberadamente desenfocadas, en dreams in dreamland dominan las escenas borrosas. Michael Chia se Inspira en la luz obtenible para capturar el ambiente. Captura qué: lo que él, su ojo y su mente ven. En lugar de utilizar el sujeto para determinar el espacio, el espacio determina hasta dónde llega el sujeto.
El artista/fotógrafo puede pasar horas caminando por las calles sabiendo que, en un cierto momento, “ello” se le revelará. Como las cargas de adrenalina, entra en un encuentro íntimo con el sujeto. Un cambio de estado. De conciencia normal a vigilia creativa. Inmerso en ella, la escena que fotografía le llena de vigor.
La fotografía llega a él. Naturalmente. La consume, la duerme, la respira. De alguna manera: es su otro sentido. A través de la cámara, el artista graba sus emociones.
Como un regalo cuidadosamente envuelto en su caja, cada imagen espera ser abierta por aquellos que deseen contemplar sus misterios. La agilidad mental es un prerrequisito para desconectar la mente de una percepción “de lo que es” a otra “de lo que podría ser”.
En una primera impresión las imágenes pueden parecer desconectadas de la fotografía documental. Sin embargo, en un examen más cuidadoso, se aprecia un contacto con lo real. Provocando en la mente un esfuerzo por, tras la primera mirada, adivinar la escena original. Casi como en trance, la mente se transpone hacia ese espacio y tiempo que llamamos instante.
Las fotografías de la serie DREAMS IN DREAMLAND / Sueños en el país de los sueños presentadas en la exposición de Sala LAi fueron tomadas en Asia, y los colores de la paleta fueron los de las calles. El desafío fue interpretar fotográficamente. Literalmente, pintar con luz. Michael Chia ha fotografiado de forma deliberada evitando cualquier aspecto familiar de las ciudades asiáticas que pudiera asociarse con su estereotipo. Sustrayendo lo obvio, lo que resta es un concepto, una mezcla de color y espacio complementado por la imaginación.
* Una caja Lemarchand es un artefacto místico/mecánico que actúa como una puerta –o una llave de una puerta- hacia otra dimensión o plano de la existencia. La solución al puzle crea un cisma, un camino abierto hacia otro reino a través del cual los seres pueden viajar en múltiples direcciones.